¡Espero que os guste!
El coche en el que viajaban Cate y Yuki se dirigía a un
nuevo lugar.
Cuando pasaron por delante del instituto del que acababa de
salir, Yuki se puso a hacer que miraba su smartphone, esquivando las miradas de
los estudiantes. Cate miraba a Yuki, pero este no se dio cuenta. No porque
hubiera bajado los ojos, sino porque sabía que Cate siempre miraba al frente
sin decir nada.
Pasamos la noche en el aparcamiento de un área de servicio.
Ya he perdido la cuenta de cuántas veces hemos dormido dentro del coche. Mientras
mi abuela saca las mantas del maletero, yo voy a comprarle un café.
“Me gusta la noche, pues puedo olvidar las cosas que pasan
durante el día”, piensa Yuki mientras arropa bien a la dormida Cate.
Ojalá pudiera dormirme tan rápido. Cuando no puedes dormir,
acabas pensando demasiado. Como que las estrellas son la basura del universo y
que las barren todas las mañanas y esas cosas. O que cuando se haga de día
habrá que ponerse el uniforme nuevo y volver a repetir los mismos rituales. Si
esa es la realidad, ¿qué significa el presente? ¿Qué hago aquí envuelto en una
manta al lado de mi abuela? Esto no es el fondo del mar. Esto es un lugar real.
Quiero estar aquí para siempre. Sé que no puede ser, pero ojalá la noche dure
más que el día de ayer, aunque sea un poquito.
“Como suponía”, piensa Yuki cuando se hace de día.
Como suponía, el sol vuelve a lucir en el cielo, y su abuela
vuelve a dirigirles hacia ese lugar maravilloso del que habla.
Ojalá no fuera yo mismo. Ojalá fuera un chico alegre, ojalá
estuviera sonriendo siempre, ojalá pudiera disfrutar con las cosas más
triviales. Seguro que mi abuela sería más feliz.
–Mira –la voz de su abuela lo sacó de su ensimismamiento,
salvándole de los recuerdos–.
De pronto el cielo se abrió y la luz le hizo entrecerrar los
ojos.
El mar.
¿Se ve el mar desde el lugar al que se dirigen?
Poco después de cruzar con el coche por un puente llamado
Benten, una pequeña isla aparece ante los ojos de Yuki.
Es una isla de verdad...
“Enoshima”. “Isla protuberante situada en Fujisawa-shi,
Kanagawa-ken, entre la costa de Shonan y la bahía de Sagami”. “Número de
habitantes: 409”. Eso es muy poca gente, ¿verdad?
La isla está envuelta en un verde profundo, y una torre se
alza al fondo, como si la hubiera atravesado. El faro se alza solitario,
separado de la isla, y a Yuki le recuerda a sí mismo. Sobre la isla sobrevuelan
con infinita elegancia los milanos, que parecen pequeños aviones. La nube que
había estado mirando empezó a cambiar de forma, recordándole, al igual que su
reloj analógico de pulsera, que el tiempo seguía pasando.
Yuki, ahora que estaba ante un mundo nuevo por descubrir, se
encontraba perdido entre lejanos recuerdos. Algún momento en que pensaba que
iba a ahogarse en el mar y su padre le miraba y sonreía. ¿Por qué estaba
sonriendo? Eso pensaba en aquel momento, pero ahora lo entiende. Seguramente no
pensaba que estuviera ahogándome, sino que parecía estar pasándomelo bien. ¿Por
qué tan solo recuerdo con claridad cómo me sonreía en ese momento? Es un
recuerdo tan distante, que ya no sabe si es bueno o no.
Al recordar todo aquello, Yuki mira hacia otro lado.
Tengo que dejar de pensar en esto. Cuando lo hago, siento un
dolor punzante.
No en el pecho o en el corazón, sino aún más profundo.
Y en ese momento Yuki cree ver en el cielo, más allá de los
milanos que flotan, y más allá de la nube que parece un mochi alargándose, una
pequeña luz.
¿Un ovni? Pretendía decírselo a su abuela, pero la luz
pronto se ocultó entre los rayos del sol.
¿Habían sido imaginaciones suyas?
Al pensarlo, se dio cuenta de que había vuelto a alejarse de
la realidad, y volvió a su estado depresivo habitual.
¡Plip!
La pecera se encuentra fuera de la primera tienda de
recuerdos que hay al entrar en la calle comercial que lleva hasta el templo.
Nadie se ha dado cuenta de que algo ha caído dentro del
agua. El sonido era apenas audible, y a esas horas no hay turistas y las
tiendas aún están cerradas. Los únicos sorprendidos son los otros peces que
estaban nadando dentro de la pecera.
El agua aún no se había calmado cuando los dos peces que
acababan de zambullirse empiezan a nadar. Uno es dorado y el otro es rojo. Sus
escamas resplandecen, reflejando el sol de la mañana.
–¿Y qué hacemos ahora, hermano? –dijo el pez rojo con una
sonrisa–.
–Mmm...
El pez dorado tardaba en responder. No paraba de nadar por
todos lados, disfrutando de poder estar en un nuevo tipo de agua. El pez rojo
nadaba con tranquilidad, dando vueltas en círculo, mirando al pez dorado que de
vez en cuando sacaba la cabeza fuera del agua.
–Podrías parecer un poco más triste, ¿sabes? –dijo como si
se lo repitiera por enésima vez–.
WAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA
ResponderEliminarESTO ES HERMOSO!!!!!! jajajaj este Haru... si que es dif la nov del anime : O
Se aprecia el espfuerzo por la traduccion TT^TT
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ResponderEliminarESTO ES HERMOSO!!!!!! jajajaj este Haru... si que es dif la nov del anime : O
Se aprecia el espfuerzo por la traduccion TT^TT
Me alegro mucho de que te haya gustado :)
EliminarGracias por leer y comentar
Sí, es distinto, aunque algunas partes son exactamente iguales. Sobre todo poder ver mejor lo que piensan los personajes marca mucho la diferencia.
Y claro, la llegada de Haru a la tierra y cómo conoce a Yuki también.
Próximamente subiré la siguiente parte, que incluye esa escena :)